Ante la posibilidad de que en nuestra Provincia se suministren en forma gratuita las llamadas píldoras anticonceptivas de emergencia, el Instituto de la Familia y la Vida , “Juan Pablo II” de la Universidad Católica de Salta, declara:
Todos coincidimos al afirmar que la dignidad de la persona y su inviolable e innegociable derecho a la vida necesitan ser reconocidas y tuteladas por la ética social y por el derecho positivo. Sin embargo en nuestros días existe una cierta tendencia que, exclusivizando las libertades personales individuales, busca legitimar en la conciencia colectiva prácticas y atentados contra la vida humana, especialmente cuando ésta es más débil, frágil y necesitada.
Aunque no ha existido un debate serio y maduro, se ha hablado en algunos medios con superficialidad afirmando que la píldora en cuestión es “no-abortiva”. Al respecto cabe informar ampliamente que este fármaco actuaría en cuatro sitios:
1. el eje hipotálamo-hipófisis-ovario (inhibe la ovulación)
2. el cuerpo lúteo (efecto luteolítico)
3. las trompas de Falopio (alteración de la motilidad tubárica).
4. el endometrio uterino (alteración del mismo).
Al mismo tiempo provoca diversos efectos y su eficacia depende de dos factores: a) la precocidad de la ingesta y b) la fase del ciclo menstrual en que se encuentra la mujer cuando la realiza.
Es importante subrayar los efectos que se podrían producir cuando no se logra la inhibición de la ovulación:
* Alteración de la motilidad tubárica: existiría una disminución de la motilidad de las Trompas de Falopio con la consecuente dificultad de transporte del embrión.
* Modificación de la estructura del endo- metrio: estas modificaciones serían las responsables de impedir la anidación del embrión en el útero (efecto anti anidatorio o anti implantatorio). Una variación en la fase pre y peri implantatoria, indicaría que la una fecundación ya ocurrida no podría anidar o implantarse.
Por tanto:
* Si todavía la mujer no ha ovulado al momento de ingerir la droga, ésta podría detener el proceso de maduración del óvulo y no habría fecundación, por lo tanto no habría aborto.
* Si la mujer está en la ovulación o muy próxima a la misma y, efectivamente se produce la fecundación, la droga actuaría sobre las trompas de Falopio y el endometrio, no permitiendo que se desarrolle correctamente y en condiciones para que se implante el embrión, produciéndose un aborto precoz.
Desde sus comienzos los mismos laboratorios han indicado estos efectos como la finalidad perseguida por el producto. Recientemente se ha abierto nuevamente la discusión científica con serios argumentos en el debate respecto al efecto antiimplantatorio (abortivo). Mientras no existan conclusiones científicas realmente seguras que excluyan el efecto abortivo, consideramos que no resulta acorde con el respeto a la vida que, desde los ámbitos gubernamentales se tome la decisión de permitir, y menos aún distribuir gratuitamente, el fármaco en cuestión.
Quien recurre a esta droga, aunque sea por angustia y temor, tiene la intención de eliminar e interrumpir consecuencias naturales del acto sexual: la procreación, en general y el procreado, en particular.
Tanto la filosofía como la teología, en consonancia con los principales tratados internacionales sobre la vida humana y los derechos del niño y, sobre la base de un análisis biológico completo, afirman que el embrión humano vivo -formado a partir de la unión del óvulo y el espermatozoide- es un sujeto humano, existente, con una identidad bien definida, diferente al padre y a la madre, el cual comienza desde ese momento, a actualizar su propio desarrollo, en forma coordinada, continua y gradual; de modo tal que nunca es una simple masa de células sino, siempre, un sujeto.
Como tal, tiene derecho a su propia vida y en consecuencia, cualquier intervención que no sea a su favor, viola su derecho a la vida. Ningún fin, incluso supuestamente considerado bueno, puede justificar una intervención que produzca la muerte y eliminación de un ser humano. Un fin bueno, no hace buena una acción en si mala
Todos los ciudadanos, tanto mujeres como varones, tienen el derecho a conocer todos los mecanismos posibles de acción de la “píldora del día después” por medio de una información clara y objetiva, para que puedan decidir con pleno conocimiento y recta conciencia sobre la conducta a seguir frente a este fármaco.
Hacemos un llamado formal, como académicos y ciudadanos, a nuestros gobernantes para que cuiden como un valor precioso, la vida y la libertad responsable de todos.
Salta, 14 de marzo de 2007
Rosa Zacca
Directora
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